Irene Villa, en la foto publicitaria de la marca Teria Yabar.
La última campaña de la diseñadora Teria Yabar, que aparece estos días en las revistas de moda, tiene poco que ver con la publicidad habitual. En lugar de una o dos modelos espectaculares, famosas o muy cotizadas, las chicas que lucen los vestidos de su colección de primavera-verano y las piezas más novedosas de su bisutería de alta gama, son su hija Elsa de 27 años, mano derecha de Teria en la empresa familiar, e Irene Villa (36).
"En Irene estaban los valores que queríamos para el estilo Teria Yabar. Irene aportaba mucho más que la imagen bonita de una modelo"
Irene y Elsa no desmerecen de cualquier modelo profesional. Están guapísimas, la foto trasmite naturalidad, belleza y alegría; es una imagen limpia, ilusionante y fresca. "Para nuestras campañas, en lugar de recurrir a modelos profesionales, siempre hemos preferido dar una imagen más personal", asegura Teria Yabar en vísperas de viajar a China para trabajar en su próxima colección de joyas. "Cuando preparábamos esta campaña, pensamos en alguna deportista como imagen, pero nadie en concreto. Hasta que un día pasó por la tienda de Claudio Coello Irene Villa. Buscaba un vestido para la presentación de su libro. La atendió mi hija Elsa", detalla la diseñadora.
"Por la noche me contó en casa que Irene estaba guapísima con el vestido y el collar que se había llevado, pero lo que más le había impresionado era la alegría y el ánimo tan positivo que trasmitía. Según Elsa, salió del probador completamente feliz y encantada. Una actitud poco frecuente. Normalmente escuchamos pegas, de que si me marca, que estoy gorda... No es normal que las clientas salgan tan rotundamente satisfechas", explica la diseñadora a LOC.
Dos días después, Teria conoció personalmente a Irene en la presentación de su libro 'Nunca es demasiado tarde, princesa' (Espasa). Estaba espectacular con el vestido nuevo, el collar, el corte de pelo tipo francés años 20 y los labios pintados de un rojo intenso. Y le encantó especialmente la alegría de vivir que trasmitía la flamante escritora, a pesar de que durante el acto, dos actores representaron escenas muy duras de la tragedia ocurrida en la vida de Irene.
"De vuelta a casa" , explica Teria , "seguía impresionada por esa actitud suya tan constructiva y optimista. Y de repente mi hija y yo pensamos en ella. Era la mujer normal, la mujer trabajadora, inteligente, la mujer deportista, la mujer real que buscábamos.En Irene estaban los valores que queríamos para el estilo Teria Yabar. Irene aportaba mucho más que la imagen bonita de una modelo. Ahora veo el resultado de la campaña y me llevo la misma alegría que cuando la conocí".
Hablamos con Irene Villa de camino a Sierra Nevada donde se entrena para los campeonatos de esquí integrado. Ha dejado a su pequeño Carlos al cuidado de su padre. La abuela materna también echa una mano.
"Estoy en mi mejor momento, muy en forma gracias al deporte en general y ahora al esquí, pero protagonizar esta campaña ha sido fantástico. ¡Es que yo de jovencita quería ser modelo, qué te parece! Mi hermana me animaba muchísimo, me decía que tenía unas piernas muy largas, que estaba muy delgada, que tenía un cuerpo estupendo. Y es verdad, ya apuntaba maneras a los 12 años. Pero ese deseo se truncó con el atentado. A lo mejor no habría llegado nunca a ser una profesional, no lo sabemos, pero todo se truncó".
¡Es que yo de jovencita quería ser modelo! Mi hermana me animaba muchísimo
Ser modelo era uno de los sueños de Irene Villa, pero como sentencia en su libro, nunca es tarde para casi nada. "Así que muchos años después acabé posando para una campaña de moda y me he sentido muy cómoda posando y haciendo las fotos. ¡Quién me lo iba a decir! A veces al final de alguna conferencia, después de hablar de mis deseos juveniles, me han dicho que no pude ir a una pasarela pero que he sido modelo de perseverancia, de saber perdonar, de amor por la vida, de sacrificio, de voluntad... Y ahora ¡lo he conseguido. Soy modelo publicitaria!".